domingo, 15 de octubre de 2017

16 de octubre de 2017

Nos reímos de nuestras palabras
nos reímos de lo que nos divierte
nos reímos de lo que nos duele
nos reímos de nuestra vergüenza.

Comencé hace algún tiempo
a tropezar con mis instintos
desconociendo que mis decisiones
iban a dañar mi sentido de la risa.

Siempre mirando por esta ventana
pensando en lo pensable,
pensando en lo inpensable
cometí el error de reírme de la desventaja.

Cruda y honesta
se metió en mi mente la idea
de que reirme de mi misma
resolvería algunas tristezas.

Tonto error creer saber el resultado,
de soñar y pensar 
que los sentimientos vividos
quedan en el pasado.

Atormentada por mi misma
tomé la vergüenza que corria por mis venas,
me reí de ella
y hoy me entierra. Él me entierra.

Una esperanza muy naif,
unos ojos que no me miraban,
una sonrisa que no me sonreia
palabras que no llegaban.

Yo riendome sola de mi misma.

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