Tengo un cajón
que cada tanto revuelvo;
está lleno de esos sentimientos
que no puedo soportar.
Como si fueran llaves,
monedas, encendedores viejos,
pañuelos, cigarros y caramelos.
Están todos revueltos.
A veces lo abro por abrir,
a veces realmente necesito encontrar lo que niego.
A veces lo miro cerrado
y le tengo miedo.
Tan enredados como auriculares rotos,
palpitando cada vez que lo abro
y deposito algo nuevo;
sé que en algún momento podría a explotar.
Un día lo abrí y lo dejé así:
contemplé la maraña de suspiros,
lagrimas y poemas sin terminar,
después no lo podía cerrar.
Quisiera contar las sílabas de cada verso,
pero ese no es mi método:
sucede si fluye,
si lo tengo que pensar no me construye.
Por eso les tengo miedo
a esos sentimiento que, complejos,
me piden tiempo
y atribulan mis pensamientos.
Tengo un cajón
que cada tanto revuelvo,
está lleno de sentimientos
y hoy tengo miedo pero los vengo a afrontar.
que cada tanto revuelvo;
está lleno de esos sentimientos
que no puedo soportar.
Como si fueran llaves,
monedas, encendedores viejos,
pañuelos, cigarros y caramelos.
Están todos revueltos.
A veces lo abro por abrir,
a veces realmente necesito encontrar lo que niego.
A veces lo miro cerrado
y le tengo miedo.
Tan enredados como auriculares rotos,
palpitando cada vez que lo abro
y deposito algo nuevo;
sé que en algún momento podría a explotar.
Un día lo abrí y lo dejé así:
contemplé la maraña de suspiros,
lagrimas y poemas sin terminar,
después no lo podía cerrar.
Quisiera contar las sílabas de cada verso,
pero ese no es mi método:
sucede si fluye,
si lo tengo que pensar no me construye.
Por eso les tengo miedo
a esos sentimiento que, complejos,
me piden tiempo
y atribulan mis pensamientos.
Tengo un cajón
que cada tanto revuelvo,
está lleno de sentimientos
y hoy tengo miedo pero los vengo a afrontar.
Me encantó Lari
ResponderEliminarMuy bueno!